Chusé L. Bolea
Un exhaustivo estudio comparativo de más de 700 páginas y 1.100 referencias al pie sobre los mercenarios aragoneses y catalanes a través de la documentación y de las crónicas aragonesas, catalanas, griegas y francesas.
Surgidos de entre las borras de las altas cumbres, los almugavares lograron sobreponerse a la necesidad mas extrema en medio de un mundo oscuro que solo les ofrecía dos caminos:
sobrevivir o desaparecer. Sobrevivieron.
Y lo hicieron convirtiendo las puntas de sus lanzas y espadas en una prolongación de sus brazos.
Comprendieron como nadie que el destino no les habia dado la oportunidad de desarrollar otra habilidad para subsistir que no fuese matar.
De la unión de bandas de desheredados aparecieron compañías organizadas de mercenarios sin otra virtud ni otro tin que lograr, por medio de la sangre, el sustento para ellos y para los suyos.
Es cierta su falta absoluta de humanidad y de respeto hacia la vida de sus congeneres, pero no lo es meno que el mundo en el que vivieron estaba a su mismo nivel. Mataron, robaron, secuestraron y violaron.
Actos que por si solos, hoy en dia. les sacarian de la clasificación como seres humanos.
Pero ocho siglos atras, siendo los mas excluidos entre los excluidos, y manejados por reyes, emperadores y papas que usaban de esos mismo crimenes para ejercer el poder, quizas la perspectiva cambie, al menos en parte.
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